sábado, 20 de febrero de 2010

::DESEO::


Hace meses se despierta pensando en lo mismo. La perturba la idea de no poder cumplirlo, aunque no hace demasiado por concretar su sueño. Un viaje no es todo. Significa sólo el comienzo. No le duele perder lo que hasta ahora construyó. No quiere tener una casa. No necesita salir a pasear los domingos.
Ser consecuente con sus ideas le cuesta. Pero lo intenta. Siente que podría un poco más. Quiere irse. Conocer. Vivir. Sentir.
Se acuesta en el piso frío. Escucha aquel viejo disco de la banda del Oeste. Tóxico. Eso percibe. El mundo se cae a pedazos y la inmovilidad la sulfura. No puede soportarlo. Pero también ama y extraña. Lo piensa. Prefiere esperar algunos años, aunque sabe que nada cambiará. Y si se va, ¿qué pierde? Lo que es verdadero no se olvida. El miedo se va y luego vuelve.
Motivos. Los tiene para quedarse, pero le sobran para irse. “Un ejército de ideas pasa.”
Se siente egoísta al pensar en su vida. No puede abandonar las dolorosas sonrisas de los sueños perdidos. No quiere una vida. Necesita la vida que desea. Pero le cuesta y llora.
El valor para irse le sobra. Pero la sobrepasa el miedo por lo que deja. No cree en los sueños incumplidos. Lo imposible sólo tarda un poco más en llegar. Continúa su caminata hacia la utopía. Enontces, se va el temor. De a ratos vuelve, pero con menos frecuencia que antes.
Ama su inremunerable labor de regalar abrazos y preparar almuerzos. Pero siente que no alcanza. Quiere salir a cederle su vida al mundo. Como si ella sola pudiera salvarlo.
Cierra los ojos. Corren en su sangre la esperanza y el deseo. La ansiedad por el cambio es el motor que la moviliza. Y comienza a quererlo cada vez más. Sonríe.
Cada mañana recuerda al viejo colombiano que, sin darse cuenta, la hizo llorar. Ese que no le quitó los sueños pero que le hizo sentir caer la realidad encima. Porque ella lucha para cumplir su deseo aunque él le aseguró que el cambio no lo verán ni sus nietos.
Quizás, mañana cuando se levante no recuerde la horrible aserción del colombiano y prefiera seguir caminando. Una luz de esperanza se enciende en su alma y se eleva en el alba. En el momento preciso. Lo escucha y lo siente.
Abre los ojos. Las lágrimas ruedan por sus mejillas. Le duelen las injusticias. Pero la invade la confianza. Sonríe otra vez. Imagina aquello que desea y comienza a sentirlo real.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Convengamos que vos me pasás el trapo en ese sentido, primita.
¿Estudiamos letras juntos? (?)

¡Mirá, yo también te estoy siguiendo!
Es como si estuvieramos corriendo uno atrás del otro dando vueltas a un árbol(?)

Volviendo a lo otro, vos le ponés mas onda a los posteos también, les pones fotitos, centras los textos y eso, pero sabés que, yo tengo la super-vocecita-robótica que lee mis posteos, y vos no.
(¿Qué tenía que ver no?)
Beso prima, te quiero =)
Seguro nos cruzamos en la facu... O quizás no, quien sabe :P

Mariana dijo...

Jajajaja.. será una opción estudiar letras juntos luego de esto que estamos haciendo. Me voy, primo. Mañana me voy. Te veo a la vuelta eeh =)

Mariana dijo...

Jajajaja.. será una opción estudiar letras juntos luego de esto que estamos haciendo. Me voy, primo. Mañana me voy. Te veo a la vuelta eeh =)

María Daniela Yaccar dijo...

Maga, me sentí vos... Sentí que dijiste algo que hasta me da miedo decir.