miércoles, 12 de agosto de 2009

::ATÓNITA::



Tres segundos bastaron para que la eterna incondicionalidad se convirtiera en polvo. Supo el mundo desvanecerse en sólo un pestaneo. Me encontré irreconocible. Incapaz. Atónita. En realidad, no sé si me encontré.
Entendí que finalmente el ego fue más importante.
Escuchar no es perdonar. Perdonar no es olvidar.
Entender no es compartir.
Compartir ya es imposible.
Culpar a quien supo arruinarlo todo no te exime del fracaso. Intentar olvidarlo e intentar que también lo haga yo abre aún más la herida. Eso es tan mediocre como todo lo que provocaron.

Dar un paso al costado también es tomar parte en el asunto.
Me voy. Preferiría no volver a escucharte.

1 comentario:

G. M. dijo...

amo como escribis ... lo sabes pero igual lo digo ... AMO COMO ESCRIBIS

mañana vamos a hablar ... sólo eso puedo decir ...